«Tras la huella” no es “Día y noche”
****Por Alejandro Rodríguez. Publicado en OnCuba Magazine.
“Tras la huella” no me gusta. Cuando sale los domingos en horario nocturno me da por cambiar de canal, pero entonces aparece Telesur, que tampoco, y así retorno a consumir el dramatizado que narra las proezas contemporáneas de la autoridad, como descubrir una “red clandestina” de jóvenes que programan software para un cliente extranjero. Tan clandestina son esas redes que hasta algunos medios de prensa han hecho reportajes sobre la actividad.
La diferencia es que las segundas tienen papeles. Normal: un tipo con licencia de Programador de Equipos de Cómputo y un grupito de trabajadores contratados con sueños de cooperativistas… todo legal. Sin embargo en “Tras la huella” sale el caso de lo que es un simple negocio sin patente como un terrible peligro para nuestra economía, sospechoso además de subversión (porque “¿qué estarán subiendo estos muchachos a Internet…?”) y hasta de pornografía, pues involucra a jóvenes y computadoras.
Es curioso que la pornografía en Cuba— según papelito aduanero que te entregan al llegar al país— venga escaqueada junto a los explosivos y las armas de fuego, como si fuese un terrible peligro para nuestra moralidad: una especie de arma de masturbación masiva…
Cuando “Tras la huella” se llamaba “Día y Noche” era más entretenido y tenía mejor factura. Ahora los actores, que son buenos actores, más parece que estuvieran en el teatro de títeres que frente a una cámara actuando para adultos con cerebros, que ven también CSI, Criminal Minds, etc.
El último “Tras la huella” fue sobre la corrupción. Un grupo de trabajadoras de una dependencia municipal del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) se dedicaban a cobrar chequeras de pensionados muertos, o de falsas identidades. ¡Hasta la trabajadora que no robaba, pero sabía del trueque de las demás, recibió castigo: cinco años de prisión! Y digo yo que si esto es así con el robo de unas cuantas pensiones de jubilados— que servirán acaso para comprar un buen paquete de café de la Shopping— entonces al funcionario que se agencie indebidamente una cantidad notable de dinero le caerán al menos dos o tres reencarnaciones de cárcel.
Dice un socio que en la concreta eso no debe ser tan así; que lo ponen solo para “educar a la población” (él usó otra frase) en el “arte ciudadano de denunciar corrupciones” (igual utilizó otra frase). Dice también que “uno llega a simpatizar más con el delincuente que con la policía”. Y razón no le falta: el personaje que sabía pero no denunció era una perfecta infeliz, que incluso aconsejaba a sus compañeras para que abandonaran el mal camino.
“Ahora dime tú, compadre, ¿pasa eso con CSI?”, me pregunta. No pasa; ni siquiera cuando el delincuente es un perfecto infeliz que mata en defensa propia. Los guionistas siempre moldean el argumento para que el espectador sienta aversión por el crimen y simpatía con la ley, o sea, que educa de verdad. Las historias de CSI contienen una humanidad hasta ahora ausente en Tras la huella.
En el policíaco cubano las personas parecen cosas programadas, máquinas del sentido del deber. Y cualquier intento de condimentar los libretos se nota pujado, como las fallidas subtramas de enamoramiento entre oficiales, o el cañonero y perpetuo cansancio de los mismos. El cansancio, de hecho, es lo más humano que he logrado encontrar en la serie. Que me perdonen los responsables, a quienes, asumo, guía la buena fe, pero el resultado de su trabajo viene quedando fofo.
Los argumentos en cuestión igual podrían dejar de ser negocitos sin patente y corrupción de municipio. Pienso en el balazo que le dieron al boxeador Julio César la Cruz, por solo citar un ejemplo de los pocos que aparecen en la prensa nacional. ¿No sería el taquillazo televisivo un capítulo que relatara el ataque a un deportista vivo y recontrafamosísimo…?. Por suerte (¡y aquí viene un besito para la prensa…¡) la prensa cubana está comenzando a mostrar síntomas informativos… Ya se habla más de los accidentes de tránsito y de casos como el de la J.C la Cruz, así que el dramatizado bien podría seguirles el paso.
Dicen (no me consta) que Tras la huella tienen más audiencia que Vivir del cuento, el estelar humorístico de la TV cubana, pero no dudo que si siguen grabando malos programas cambie esta preferencia del televidente.
Por lo pronto ya mi vecino Fulano anunció que se muda definitivamente de canal: fue a una unidad de la policía a denunciar a un par de estafadores que le compraron su cámara de fotos con 200 CUC falsos, y los oficiales le preguntaron que si él tenía patente para vender cámaras de fotos…
Y pasaba así desde que la vecina Mengana— que se fijó bien en la cara del delincuente que le arrebató la cadena de oro—quiso hacer un retrato hablado y fue recibida en la estación con esta delicada frase: … ¡Ay señora, usted está viendo mucho “Día y noche”!
One 7:38 pm el 02/08/2014 Enlace permanente |
Muy bueno Alejo. Me recuerda cuando robaron en mi casa en el año 2003 . Los ladrones se llevaron un microwave, un dvd, un celular y la pensión de jubilado de mi papá (casualidad !!!) que estaba encima de la mesa. Después de cuatro viajes a la estación de policía para hacer la denuncia porque nunca había un policía disponible, todos extremadamente ocupados, hicimos la denuncia a las 4 de la tarde. El robo fue a las 9 de la mañana. Nosotros tratando de no entrar mucho en la casa porque seguro que traerían perros o peritos especializados en huellas. Bueno, para no cansarlos. La policía si fue, al otro día a las 10 de la noche, cuando ya estábamos casi listos para dormir. Después del saludo y de volver a decirle la lista de cosas robadas lo primero que me dijo el oficial era si yo tenía los papeles del DVD y del Microwave. Porque usted sabe compañera, me dijo, que esos equipos no están autorizados a venderse en las tiendas. O sea, que yo era la culpable y que el buen ladrón vino a salvarme de todos los males materiales que tenía en mi casa. Con toda la decencia del mundo le pedí por favor que se fuera, que no lo quería más en mi casa. Que falta de respeto, desde ese día mi papá rezaba que no se robaran su refrigerador Westinghouse del 58 porque la propiedad se la había perdido y sin refrigerador es muy dfícil la vida.
el inagotable 11:04 am el 03/08/2014 Enlace permanente |
Los Estados pierden tiempo y recursos persiguiendo y penalizando actividades recreativas
como la porno, el juego , y el uso de la maria con fines recreativos. Ja Ja, Ja. Lo siento si lo tienen que volver a leer esto, Ja Ja . pero cuando sali de la isla decidi probar todo lo sabroso que me estaba vedado bajo amenaza de severas sanciones tales como irme con mujeres de vida alegre, fumarme un porro, escuchar la musica de Feliciano y leer a Vargas Ll… Todo lo illegal o vedado, probare, me dije- excepto la cocaina que crea addicion y que me den por atras. Ja Ja, Ja. Aunque comentaba mi mujer que eso ultimo «Lo dices para disimular»
el inagotable 10:24 am el 03/08/2014 Enlace permanente |
Comenta Alejo:
Es curioso que la pornografía en Cuba— según el papelito aduanero que te entregan al llegar al país— venga escaqueada junto a los explosivos y las armas de fuego, como si fuese un terrible peligro para nuestra moralidad: una especie de arma de masturbación masiva…
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Ja Ja Entonces yo debo estar etiquetado por nuestros organos de seguridad del Estado como peligroso terrorista porque me las ingenie para pasar un CD XXX con escenas cargaditas. !Uf! Queme mis naves, Ahora no voy a poder entrar de visita.
el inagotable 10:46 am el 03/08/2014 Enlace permanente |
Casualmente, en el diario de las Americas aparece el tema de la porno en la isla.
Copio:
El gusto de los cubanos
Cuando usted le pregunta qué es lo más vendido, Walter responde sin meditar: “Los ‘pellejos’ (películas pornográficas). Montones de clientes las solicitan. Las preferidas son con latinas. A los cubanos le gustan las mujeres envueltas en carne.
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Ja Ja Pues yo me debo estar americaniando pues, a mi, como me comentaba una latina envueltita en carnes
resentida por perder el cliente, al haber sido rechazada, me gustan las «anorexicas».
el inagotable 11:59 am el 03/08/2014 Enlace permanente |
?Me perdonan por narrar otra pesadilla? Breve, breve.
La escena es basada en una real, de los annos 80s, cuando en el CDR fui orientado a inmiscuirme para impedir que algunos elementos “no-confiables”, que “no estaban muy claros” contactaran a solas con los miembros de una delegacion al Festival de la Juventud y l;os Estudiantes que nos visitaba
Ja Ja, Esta vez. En nuestro comite de base nos instruian sobre como recibiriamos a una delegacion de jovenes extranjeros. Nos decian exactamente la puerta por la que entrarian ellos al salon donde los esperabamos, nos entregaron las pancartas que enarbolariamos, ensayamos los lemas, las consignas, las sonrisas, los abrazos y los pasos de baile.
Una actividad tan entretenida como fumar mariguana o ver pornografia. de la cual; me excuse para no participar alegando que no sabia bailar al son que me tocaban
Ya, antes de despertarme, con una ereccion , Ultimamente eso es algo que me pasa en contadas ocasiones y automaticamente , para no desperdiciar el momento, despierto a mi mujer o corro a masturbarme,,, una joven me preguntaba al oido si yo no queria hacer la chingunchilla
el inagotable 12:06 pm el 03/08/2014 Enlace permanente |
La epidemia se llama chikunguya y no chigunchilla, pero es una palabreja muy rara y yo estaba dormido. Asimismo escribi hace poco extres, en lugar de estres, lo que ocurre es que el mio es grande y por eso lo escribo con un signo de multiplicacion.
el inagotable 12:58 pm el 03/08/2014 Enlace permanente |
Dice un socio que en la concreta eso no debe ser tan así; que lo ponen solo para “educar a la población” (él usó otra frase) en el “arte ciudadano de denunciar corrupciones” (igual utilizó otra frase).
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Ja Ja A Alejo hay que releerlo despacio y leer entre lineas. Su socio debe haber dicho algo asi como «Para que la gente se apendeje y chivatee
Jorgen 6:48 pm el 19/08/2014 Enlace permanente |
Muy profundo…. y verdadero…. Se ve que no tienes nada que ver en el tv, y te pones a reflexionar su contenido. Esas cosas pasan, y mas que nunca ahora. Con puño apretado a todo el que no encaje, y las puertas abiertas para que se escapen.