¿Por qué no hay shows de cámaras ocultas en Cuba?
Publicado originalmente en Cubanos por el Mundo
En tiempos de definiciones, de cambios y tensas negociaciones, no se vale andar hablando guanajerías sobre temas que nada aportan al futuro de la nación. Entonces me pongo a meditar sobre los tremendos vacíos que aún tenemos en la televisión cubana,… entre ellos la ausencia de un buen show de cámaras ocultas.
Tras el éxito de “Sonando en Cuba” – variante nacional del talent show “La Voz”— en el imaginario del que calcula los ratings basándose en ver qué programa selecciona el cevepé del Icerreté, era de esperar el florecimiento de otras variantes criollas del entretenimiento mundial. Pero ha pasado el tiempo y nada; no acaba de aparecer un cabrón show cubano de cámaras ocultas.
Al respecto pregunté a un exhumorista de Camagüey que ahora trabaja haciendo algo bastante aburrido: “el problema mijo es que en Cuba nadie te aguanta una… se piensa que el cubano es jodedor y buena onda por naturaleza pero en la vida real, en la calle, la gente no está para chistecitos…”
Incluso el estelar humorístico de los domingos, “A otro con ese cuento”— a cargo de un experimentado director que también dirigió “Pateando la lata” y, paradójicamente, hacía cámaras ocultas en una época en que la gente estaba menos aún para chistecitos —, debe ahora echarle mano a las bromas canadienses de “Just for Laughs Gags”.
Una buena justificación es quizás que, para ocultar las cámaras de la TV cubana, haría falta un especialista en camuflaje del ejército ruso con todo un plan estratégico previamente diseñado. ¡Hay que ver el tamaño de la cosa en sí para darse cuenta que la discreción no es su fuerte!
Además, para su correcto funcionamiento, son imprescindibles un camarógrafo, un grabador de audio, un empatador de cables, un nivelador de trípodes cojos, un sostenedor de papel brillante para la iluminación, y un cuidador de cajas en la esquina. Y recuerde que son tiempos de reducción de plantillas.
Asimismo, contra el espíritu civilizado del acto humorístico, pueden atentar los “antojos alimentarios” de nuejtropueblo: las bromas que involucran comida suelen ser frecuentes en los shows de su tipo, y aquí en Cuba esto sería un dilema.
La gente tiene cierta fijación con la comida, que puede ser moderada o severa, pero que casi siempre es severa… Y nos envuelve una filosofía: “si dan, hay que coger”, aunque no lo necesites. Jabitas de nailon, catálogos de una exposición que nunca se concretó, periódicos viejos, pomitos de perfume…, lo que sea: “¡si dan, niño, tú coge, y coge mucho!”
¿Luego se imagina usted al pueblo enardecido tratando de llegar hasta esa mesa que alguien “olvidó” en medio del parque con muestras gratis de jugos de cajita y panes con jamón y queso?
Resultado: actores muertos en la estampida y cámara irreparable tras la acción revolucionaria de un agente de la Seguridad del Estado que pensó que aquello era un reportaje para TV Martí y los canales de la disidencia.
¿Se imaginan a un supuesto torpe con una jaba de clarias, chorreando sangraza en el P-7, y una gota cayendo por error sobre el pantalón caga’o de un asere del Cotorro, mientras el asere intenta impresionar a la jebita linda del pasillo?
Resultado: mandíbula de actor incrustada contra su propia clavícula; cámara destripada mientras camarógrafo escapa de la piñacera por la ventana de la guagua; jaba de clarias misteriosamente desaparecida…
Pero el problema no queda en la actitud popular.
¿Cómo sería el trámite de solicitarle al MININT un uniforme y un carro patrullero para hacer inocentes bromas callejeras?
La PNR es un símbolo nacional… y ya quedamos en que aquí los símbolos son sagrados desde que algún apasionado de la empresa estatal socialista quiso vender perfumes bajo las marcas de Ernesto y Hugo, a lo cual el país respondió con una nota de prensa que espanta más que la video-propaganda de ISIS.
Incluso sin llegar a la controversia de los símbolos, ¿se imaginan el proceso de solicitar una autorización en Planificación Física para construir cualquier tarima temporal o hacer un huequito en el suelo preparando el escenario…?
Hasta para instalar un letrero de “Se venden peces de colores” hay que esperar una pila de semanas a que la Oficina del Historiador diga que el dibujo de un goldfish no amenaza al Patrimonio de la Humanidad.
Mientras tanto, yo disfruto las divertidas cámaras ocultas de canadienses, brasileños, japoneses y argentinos. Pero soy optimista y pienso que en el futuro las tendremos de factura nacional: gracias al malévolo Paquete Semanal en Cuba se están poniendo de moda los youtubers, y no dudo que pronto alguno de ellos empiece a hacer bromitas en espacios públicos.
Esperemos que entonces se les ocurran solo ideas civilizadas…
José 1:19 am el 04/03/2016 Enlace permanente |
Estas equivocado Alejo porque si se esta filmando un chiste de cámara oculta. Lo que pasa es que aun no se ha hecho el gesto de «mire para la cámara y sonría que esto es una grabación». Lo que no te da cuenta porque te pasa como a Truman el del show. Ahhh, olvidaba, se comenzó a grabar esta cámara oculta en enero de 1959
Alejo3399 7:20 pm el 04/03/2016 Enlace permanente |
pues si así fuera ya se debe estar agotando la batería
Alberto Junior Hernandez Morales 4:02 pm el 05/06/2017 Enlace permanente |
uffff genial como siempre.
Ray 3:47 pm el 08/03/2016 Enlace permanente |
Si tampoco hay papel para limpiarse el culo, entonces que importancia tienen los programas de camara oculta. EL tema mas intrascendente no puede ser.
alejo3399 5:30 am el 10/03/2016 Enlace permanente |
la gente se puede limpiar el culo con un granma facilmente, pero sobre el otro tema no tenemos alternativa «nacional»…
Ivan 11:35 pm el 15/05/2018 Enlace permanente |
Ya existen las estoy haciendo yo busquen «listillo cubano» en youtube