El Porno y el Hombre en Cuba (y las mujeres también…)

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En el mundo occidental a mucha gente le gusta el porno y los cubanos no somos la excepción. Razones habría para pensar que sí; pero no.

Es cierto que el mapamundi pornográfico de Wikipedia dibuja a Cuba, junto a China y al club de amiguitos de la Sharia, en la zona donde el porno es ilegal. Pero en Cuba también es ilegal “la bolita” y en cada CDR hay al menos 4 cederistas que a las 8 en punto de la noche se gritan de un balcón a otro “¡25 fijo, y 69 y 38 corrido!”, sin que el asunto genere demasiada represión.

No sé exactamente qué ley o código la prohíbe, pero es obvio que existe pues la pornografía aparece escaqueada en la declaración de Aduana, junto a Sustancias Ilícitas y Armas de Fuego, como cosas de “afuera” que no se quieren adentro.

Y luego, a pesar de la Aduana y sus advertencias, adentro está, desde toda la vida: se consume, se importa y en menor medida se produce.

Algunos ignorantes dicen que la pornografía crece y se desarrolla gracias al diabólico Paquete Semanal—al que ya solo le falta cargar con la culpa del cambio climático—, pero en los años que llevo revisándolo al detalle jamás he visto un solo video subido de tono, exceptuando un par de videoclips de reguetón y alguna revista erótica en pdf.

Los arquitectos del Paquete han respetado la raya también en este sentido.

El porno entra por los aeropuertos y por Internet; y lo había ya antes que el Potro Salvaje asustara a los domadores de caballos, y antes que se cayeran los aviones de tanto cubano viajando.

Como en todas partes, lo hubo primero en revistas de papel, luego en casetes VHS, en DVD, en memorias flash, hasta llegar a los celulares. Incluso hubiese existido pornografía taína en las paredes de las cuevas de Guantánamo, pero al parecer nuestros aborígenes preferían comerse las crayolas.

Una profunda investigación periodística (basada en la polémica técnica de registrarle el pen-drive a los socios) arrojó que mucha gente intenta ocultar sus pornos en carpetas con títulos tramposos, algunos de los cuales se pasan de creativos como “Clases de Filosofía y Marxismo”, “Documentos de la Circunscripción”, “Muestra de Virus NO ABRIR!!!!”, etc.

Otros, sin embargo, ya lo toman por algo absolutamente natural: hace poco he visto en una laptop, dentro de la carpeta Videos, una que se llamaba “Pornografía”, así, tan fresca, como una hermanita más al lado de las carpetas “Películas”, “Series”, y “Documentales”.

Y están también los puritanos que se escandalizan hasta por gusto. Recientemente un bloguero que postea, entra otras cosas, fotografías de desnudos, fue cuestionado por un lector que veía en esto una tremenda ofensa moral, sobre todo siendo el bloguero miembro del Partido Comunista.

Entonces pensé que si la falta de interés en lo erótico fuese condición previa, bien jodido andaría el comunismo mundial en su búsqueda de seguidores.

En Camagüey, por ejemplo, hay una leyenda urbana: cuentan que una vez, durante una reunión de altos jefes, uno de ellos sugirió reparación capital para los moteles que se encuentran a las afueras de la ciudad, otrora templos de los pegadores de tarros que tienen carros.

Y dicen que la propuesta levantó aplausos, chiflidos, euforia proletaria, ¡genuina unanimidad…!, lo cual, de ser cierto y más allá de la broma, demuestra que la generación del bigote es tan propensa al relajito tropical como cualquier otra, aunque, a diferencia de cualquier otra, se esfuerce ocultarlo tras pantalla circunspecta.

Luego me parece muy raro que los debates de actualidad—que se centran en Tecnologías, Juventud, Internet…— le hagan muy poco caso a la relación histórica y futura de los cubanos con el porno.

Porque en algún momento habrá que hablar del tema en serio, y la sociedad y el gobierno tendrán que plantearse un montón de preguntas al respecto.

O igual pudiéramos seguir con la opción más simple, que es hacer como si no pasara nada, como si el fenómeno fuera cosa del mundo exterior, al menos hasta que empiece a fastidiar a la política, por improbable que parezca…

¿Se imaginan a Bangbros conspirando con la USAID? ¿Y a Larry Flynt invitando disidentes a un evento en Las Vegas por la democracia en Cuba?

Pues yo mejor dejo de dar ideas, que cosas más locas se han ocurrido por ahí y luego lo acusan a uno de “autor intelectual”…