De la serie “NO toque el timbre”

Ahora nos ha dado por la negación.

Solo camine por ahí con ganas de notar los muchos letreros que incitan a NO hacer algo justo frente al objeto susceptible de acción: NO toque el timbre, NO pase, NO pise el césped, NO subir bicicleta, NO jugar pelota, NO botar basura, NO sentarse aquí, NO compro nada, Este televisor NO se vende.

Hasta yo (que me río de tanto NO) he debido poner en mi negocio de fotocopias un cartel de “NO se alteran documentos oficiales; NO se negocia al respecto”.

Es una guerra civil. Todo el mundo defiende su pedacito ante la barbarie exterior, como si la barbarie exterior nos fuese absoluta y repulsivamente ajena.