Biografía crítica del inútil Polifacio
Polifacio Valdés nació en el seno de una familia pobre y se cree que ser pobre es la única manera de ser bueno, y quiere, por tanto, que sus hijos sean pobres como él aunque nunca se ha atrevido a preguntarles.
Nació en 1961 producto de la casualidad. Mientras su madre asistía a una aglomeración popular para aprobar una ley en una plaza, se le presentaron los dolores del parto. El brincoteo del camión y los codazos del pueblo enardecido aceleraron el hecho. Así fue cómo Polifacio llegó de pronto a la gran ciudad.
Ya luego allí creció (…no sin sufrir entretanto las crueldades del bulling setentero), se puso un pulóver a rayas y salió a conquistar el mundo a costa de lo que fuere,… a costa aun de la lógica básica, y de más de 2000 años de civilización.
De joven fue instructor de Yaqui y Parchí en un área deportiva del INDER, y luego director de una moderna fábrica de hielos en un pueblecito pesquero, donde el hielo se derretía esperando por el pescado.
Más adelante se autotituló guía espiritual y orientador ideológico de un grupo de teatro callejero de su barrio, a cuyos miembros convenció, muchas muelas después, de integrarse a las filas de la AHS.
Su último trabajo antes de jubilarse fue como jefe de la industria de “frascos”. Siempre andaba “enfrascado” en novedosas ideas que no tenían competencia si de generar gastos se trataba, cumplimentando alguna razón, elaborando propuestas de acuerdos, o analizando las potencialidades de proyectos que casi nunca saldrían del papel… para suerte de la economía nacional y de la estabilidad anímica de sus subordinados.
Los fines de semana Polifacio se iba al mercado agropecuario, como corresponde al hombre macho y cabeza de familia (un patrón bien sólido en su mente). Llegaba, entraba, observaba, y luego de mil vueltas compraba 10 o 20 mazos de lechuga y acelga. “¡Jaba llena!”, pensaba emocionado.
Algunas veces le pasó por la cabeza la idea de adquirir otro alimento, pero entonces escuchaba una vocecilla que le susurraba: “Más con menos…. Más con menos…”, y corría hacia el quiosco de las yerbas a gastar los últimos 3 pesos en otro mazo.
Ahora que ya está jubilado, y conociendo bien sus dotes de trabajador polifacético, sé que un día de estos le dará por pintar. ¡A todo el mundo al final le da por pintar!
Y pintará guiado por su peculiar sentido de la belleza: “Hermosa mujer con moño y zapatos de charol”, “Viejo loco con perro cojo y jaba de croquetas”, “Niños guajiros y fango a fondo”, y otros títulos así.
Entonces expondrá en un par de galerías de la ciudad, y morirá en la gloria de nunca haberse sabido inútil.
Dysney 6:31 pm el 27/01/2015 Enlace permanente |
de esos conozco yo un montón 🙂 Saludos
lukaz 9:43 am el 28/01/2015 Enlace permanente |
Si, son muchos los Polifacios, yo diría que son el reflejo del cubano. Queda un sabor salado. Sobre todo porque de esos muchos, conozco cubanos que pudieron llegar a más, y el contexto no se los permitió. Gente que vale y tiene familia. A veces los ensayos testimoniales sin nombre, aunque muy bien escritos, pueden herir. A veces.
Jose Collantes 2:19 pm el 28/01/2015 Enlace permanente |
Como siempre, Alejo 3399, bonita prosa llena de realidad en el país de las «ilusiones perdidas». Te felicito.
el inagotable 7:49 am el 30/01/2015 Enlace permanente |
Fernando Ravsberg esta molesto y con razon, Copio:
Cartas desde Cuba se ha convertido en un peligro ideológico para los estudiantes de la Universidad de las Ciencias Informáticas. Al menos eso parece desprenderse de la decisión de bloquearnos, durante varios días, para impedir que los alumnos nos lean. Curiosamente, en ese mismo periodo, los censores les permitieron el acceso al Nuevo Herald de Miami y otras páginas del exilio cubano, todas abiertamente anticastristas…
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Lo han censurado a el, intelectual de izquierda, antiimperialista que en lugar de dedicarse a hacer campannitas mediaticas, hace poco hablaba de la Enmienda Platt, de los dos marines borrachos que se orinaron en la estatua de Marti y que les trata constantemente de tirar un cabo. !Y mira como le pagan! La explicacion, me imagino, es que el Herald no le ha dado cobertura al mayusculo “salpafuera” que se ha formado con la brigada medica cubana en Brasil y Fernando se les ha puesto pesao. Asunto, que aclaro, ya fue elevado a las instancias superiores y esta en vias de solucion. En estos dias la Gazeta Oficial va a publicar 4 989 923 0000 – 1 resoluciones con sus correspondientes acapites de por cuanto y por tanto regulando el asunto, pero se ha filtrado la noticia de que a los colaboradores blancos de la salud destacados en Brasil, comprendidos entre las edades de 79 y 83 annos, se les va a permitir que trabajen acompannados de sus conyugues, pero bajo la estricta condicion de que solo pueden singar una vez cada cuatro meses y medio. Otro requisito es que la pareja deba estar, ademas, acompannada de sus cuatro abuelos- maternos y paternos que son los encargados de velar porque se mantenga este ultimo requisito.
Los negritos, mulatos y las parejas gays o LBGT no estan comprendidos bajo esa resolucion porque el funcionario que la dicto es un poquitin racista y homofobico.
Suerte Fernando, Tu en lo tuyo.
casimirolacosa 11:07 pm el 31/01/2015 Enlace permanente |
Está muy simpático y conmovedor, solo que Polifacio solo tiene 54 o 55 años, ni está en edad de retiro ni un hombre como él se jubila antes de tiempo. Los Polifacios andan por ahí trabajando todavía y comiéndose un cable. Sin entender por qué sus hijos se fueron del país o están tratando de irse. Luego, si son buenos hijos, se alegrará de recibir mensualmente una remesa que le permita seguir viviendo un poquito mejor y pintar cuadros patrioticos…
el inagotable 10:35 pm el 03/02/2015 Enlace permanente |
Los de chiguirre modifican las noticias verdaderas
El Presidente de la República, Nicolás Maduro, en Gaceta Oficial publicó un decreto que cambia al palabra “cola” por “gozadera”. El estatuto que prohíbe terminantemente la utilización de la palabra ‘cola’ y desvía el significado de la misma hacia la palabra ‘gozadera’ será de estricto cumplimiento en todo el territorio nacional.
Andrés Pineda, un ingeniero desempleado de 32 años, fue parte de los ciudadanos que acataron la nueva resolución “No joda, todo el día uno metido en una gozadera. Gozadera para allá y gozadera para acá ¿Hasta cuando las gozaderas? Coño, tú me dices de una gozadera para entrar al cine y fino. Pero, ¿una gozadera para todo? Tampoco así pana. Pareciera que al gobierno le encanta que uno ande en una gozadera