Videojuegos en Cuba: rama de un debate mayor

Entre los muchos debates que se han generado en Cuba desde hace algunos años no escapa el relativo a los videojuegos, casi siempre contenido en una discusión más grande: la relación de los cubanos (sobre todo las más jóvenes generaciones) con las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

Aunque para gran parte del mundo lo que llamanos aquí “Nuevas Tecnologías” ya es cosa bastante pasada de moda, en Cuba aún el Internet no se ha masificado. En tal sentido las estadísticas oficiales señalan una penetración al 25 % de la población, mientras otras fuentes— que miran con suspicacia y/o desacreditan la información oficial—apenas se aventuran a sugerir una penetración que rara vez alcanza al 10 %.

De cualquier manera, lo único irrebatible es que la Red de Redes es algo completamente ajeno a la vida de la mayoría de los cubanos. Antes lo fue la computadora, pero con el levantamiento de las restricciones que, en otras décadas, impedían la importación personal de estos equipos sin la autorización de las más altas instancias gubernamentales, las PC fueron ganando espacio en los barrios cubanos y ahora mismo es rara la cuadra o el vecindario donde no haya, al menos, un par de ellas.

Hoy en día las restricciones aduaneras vigentes en Cuba permiten que el pasajero ingrese al país su computadora personal, y hasta una extra, sin necesidad de una autorización ministerial. Pero la limitación se mantiene para equipos de comunicaciones inalámbricas como Routers, AP (Access Point) y otras distribuidoras de conexiones WiFi.

Si bien las autoridades alegan que el uso indiscriminado de estos equipos por parte de la población provocaría “congestiones en el espacio radioeléctrico”, destinado a las operaciones de la única empresa de telecomunicaciones de la Isla (ETECSA), otros ven en esto tan solo el interés en mantener bajo control todas las comunicaciones. O sea, que le confieren a las actuales restricciones un carácter más político que tecnológico.

Contra las posibilidades de los cubanos de acceder definitivamente a las bondades del Internet, juegan determinados proyectos de la USAID (una agencia norteamericana de asistencia al desarrollo), que fueron revelados por la prensa norteamericana. El objetivo era influir en la situación política interna de Cuba a través de dos factores fundamentales: las nuevas tecnologías y la juventud.
Luego de esto ha crecido la representación social que se tiene de las Nuevas Tecnologías como algo negativo, y de la juventud cubana como un grupo etareo inocente y susceptible pues de ser utilizado al antojo de intereses externos.

A pesar de las restricciones aduaneras los equipos WiFi han logrado entrar al país, y poco a poco se han ido haciendo populares, sobre todo entre los adolescentes. Los utilizan para conectar una computadora con otras, en un radio determinado, lo cual les permite lo mismo transferirse materiales multimedia que jugar videojuegos en red.

Por lo general los adolescentes no usan la tecnología para compartir contenidos prohibidos, sino recreación, algo que está, lógicamente, más a tono con sus intereses sociales. Los videojuegos más populares que se juegan en red en los barrios de la ciudad donde vivo (Camagüey, 500 Km al este de la capital cubana) son World of Warcraft y otros similares de estrategias militares como Call of Duty. Y ese— junto a la trasferencia de películas y shows televisivos culturalmente cuestionables pero políticamente inocuos—es el uso mayoritario que se hace aquí de las redes inalámbricas, consideradas ilegales.

Entre otras muchas singularidades Cuba tiene la relativa a la tecnología: una población y una juventud sin Internet que se resisten mediante toda clase de inventos y alternativas a vivir ajenos al siglo XXI. Es un hecho que, en algún momento, las autoridades deberán afrontar. La propia tecnología, con sus avances diarios, impronosticables, hace cada vez más absurdo cualquier intento de frenar lo que solo puede ser retrasado.

Dicen que Google planea desarrollar una red de satélites destinada a repartir Internet a diestra y siniestra en aquellos sitios donde aún la navegación es una utopía, sea por motivos políticos o tecnológicos.
Me pregunto entonces cuál será, ese día, la primera plana del Granma (uno de los dos diarios cubanos); cuando ya no hagan falta redes inalámbricas ilegales para que los adolescentes hagan lo que hacen los adolescentes (jugar videojuegos con sus amigos), y cuando los contenidos más diversos, complejos y variados, estén allí, al alcance de un simple clic, también para los cubanos.