La muerte del vivo
En Miami siempre están matando a todo el mundo aquí. Lo mismo matan a jefes prominentes que matan al pobre Higinio, un canoso viejito del barrio.
Como Higinio no tiene teléfono, su sobrina de Miami llamó a noche a mi casa, muy preocupada por la noticia de la repentina muerte del tío. Ahora imaginen la cara del infeliz cuando le interrumpí su sueño de balance en medio de la telenonovela con una palmada en la espalda: – ¿Higinio…tú estás vivo…?-.
Obviamente todo fue una equivocación: algún homónimo falleció en Cuba, y alguien con ganas de detentar los placeres de la primicia había puesto a rodar la bola. Es una historia que se repite. A cada rato alguien que está vivo aparece muerto, o muy enfermo, gracias al poder de las bolas cubanas (las del chisme, porque las del béisbol ya no entusiasman a nadie).
Entre la familia dividida en dos orillas y la desconexión casi total de esta orilla, es normal que suceda algo así. Si tuviéramos Internet en los barrios de Cuba la historia sería otra: las bolas sobre vecinos muertos morirían con una simple videollamada de Skype. Pero no: ¡Internet es malo porque sí!; porque “no me da la gana, vaya”.
Por desgracia cada vez se extiende más la idea implantada de que las nuevas tecnologías solo son una puerta abierta a la subversión ideológica y a los delitos contra la economía, o sea: la exclusividad de ETECSA para atropellarnos el bolsillo, y ese trastorno obsesivo-compulsivo de que toda la actividad social (o nuestras vidas) debe y puede ser cuadriculada en ridículas resoluciones kilométricamente alejadas de la realidad nacional.
Y como este post es sobre los vivos que algunos piensan muertos, termino con los gritos de Nácar, el personaje protagónico de la película “Se Vende”, dirigida por Jorge Perugorría. Desde el fondo de una fosa del cementerio la joven trata de hacer valer su derecho a la Vida, ante la indiferencia programada de los sepultureros que, desde arriba, cierran la losa:
“Compañero, compañero… compañero que hay un error, compañero, compañero que hay un error, compañero, oiga, ¡oiga que estoy viva!, que estoy viva, compañero, compañero que estoy viva, ¡que estoy viva coño!, que estoy viva, que quiero vivir, que quiero vivir coño, ¡que quiero vivir!, que estoy viva, viva, que quiero vivir coño que aquí hay un error, compañero que hay un error, que quiero vivir coño, que quiero vivir coño, que quiero vivir…!”
el inagotable 6:01 pm el 18/07/2014 Enlace permanente |
Bueno. La noticia mas comica de humor negro reciente es la de un repartidor de pizzas a domicilio de Miami que ha sido asaltado cinco veces en cinco annos, en el mismo barrio.
Un compannero de trabajo, cada vez que me ve, se aproxima con rostro resplandeciente y sonrisa de oreja a oreja para preguntarme por la suerte de este heroe nacional del trabajo, que estuvo en primera plana de los titulares.el fin de semana.
Hace unos dias,le encargaron una Pizza de jamon, chorizos y espinacas y una Pepsi de las grandes a altas horas de la noche y cuando llego , la residencia estaba vacia y llamo al cellular , le dijeron : Ya vamos. Estamos en la terminal del banco buscando el dinero.
Tres ciudadanos de la raza negra – ?Raro Eh? llegaron en un Toyota y le pegaron cuatro tiros, sin lograr cargarselo,
No se cual sera la decision laboral de este hombre, de nacionalidad nicaraguense, pero
los negros del barrio solo estan esperando que salga del hospital y se incorpore al trabajo para engargarle una Large 2-Topping Pizza y unas alitas de pollo que han puesto en especial, a solo $7.99
yo 8:31 pm el 18/07/2014 Enlace permanente |
Es muy grande el foso y muchos los que gritan estoy viva coño, cada tarde por más de medio siglo