Matraca mía

Por angostas calles cuando llueve mucho,

se arrastran las penas que no ve la ley,

serán manantiales, o acaso son venas

abiertas que sangran a mi Camagüey.

Duo Buena Fé

Algunos amigos se me acercan preocupados por las diversas reacciones que podrían suscitar los contenidos que en este blog se publican. Y a todos les digo que no: que ahora soplan aires frescos sobre la esfera pública cubana, nutriéndola con más oxígeno del que otrora disponía para el ejercicio feliz de la libre expresión ciudadana, cosa que deriva siempre en más participación, una certeza a la cual me cuesta trabajo renunciar porque sería a la vez renunciar a mi derecho y capacidad mental para participar, de alguna forma de la que puedo y quiero, en el dibujo de la Cuba futura que enfrentarán aquí mis hijos y nietos.

Esto no quiere decir que los cubanos ya nos expresamos con naturalidad, pero sí que poco a poco se abren los caminos para debates más amplios, serios e inclusivos, menos mal vistos, y también menos falaces.

Los amigos se preocupan por el descrédito a ciertas decisiones gubernamentales, casi siempre relacionadas con la pequeña economía y con las iniciativas del sector privado. No denunciar las sinrazones de lo que considero constantes torpezas y frenos al desarrollo, sería como lavarse las manos en un debate trascendental al cual fuimos invitados TODOS los cubanos por la propia voz del Presidente del país.

Pueden fastidiar asimismo mi inconformidad confesa con lo que debería ser prensa y periodismo, y es, en cambio, propaganda de la mala, y también los comentarios sobre grandes empresas o instituciones como ETECSA y los Bancos, que brindan servicios deplorables y afectan la calidad de vida de la gente.

En Cuba el analfabetismo digital, llamado neonalfabetismo por el crítico de cine y también bloguero Juan Antonio García Borrero, es un océano de inmenso, y pasa por las inculturas del debate y de la tolerancia por criterios ajenos. En este blog se trata entonces, además de participar, de alfabetizar con humildad desde lo que se piensa correcto, usando el sincero ejercicio de la opinión de un ciudadano cubano al que no le da la gana de callarse todo lo que le pasa por el cerebro: le han dicho desde niño que le asiste tal derecho, y el ciudadano se lo ha creído, y se lo seguirá creyendo mientras las circunstancias no le demuestren lo contrario.

La única amenaza verbal que ha recibido este blog, y por consecuencia su autor, la expresó aquí mismo un lector en un comentario, públicamente, como corresponde al escenario en cuestión. ¡Nótese qué ausencia de censuras!: un solito comentario amenazador en varios años de presencia en la red,juro que jamás hubo otro. Aunque presumo que el verbo de marras estuvo impulsado por un calentón de agraviado riesgo bastante imprevisible, siempre celebré al menos su adecuada elección del escenario.

Durante los años que tiene Alejo3399, nunca nadie ha importunado a mi familia, o a mis amigos, por causa de los criterios que aquí se vierten, contingencia que me parece bastante improbable, primero porque sería digno de lástima, y luego porque sería lo suficientemente encojonante como para radiografiar el hecho de punta a cabo, documentarlo para la memoria colectiva de esta nación, a la cual le resta mucho por aprender. A falta de fe religiosa y fanatismo político, esas cosas son sagradas para mí: sagrada mi familia: ¡sagradísima tanto como la Meca del musulmán fundamentalista!, sagrados los amigos, y sagrada mi opinión y su derecho a existir públicamente en la red.

El día en que todo (o algo) al respecto cambie, no sé, acaso el momento fatal en que alguien resuelva concretar la amenaza de aquel lector- comentador, y me lance al vórtice de algún vendaval gratuito, o el día en que alguien pretenda hacerme notar, por métodos impropios en tiempo y espacio (impropios incluso del honor y la entereza de los hombres) que mi derecho al libre ejercicio del criterio no es cierto, que es solo un cuento y una demagogia, pueden saber los lectores, sean del tipo que sean, que no podré sino utilizar el mismo derecho de siempre a interpretar la realidad en que vivo, y a compartirla luego en la red, como mismo se ha hecho aquí hasta ahora, avalado por las leyes de mi país, que no ven delito en el blogueo cuando no lleva detrás el interés por el dinero, o en servir a gobiernos extranjeros que mi consciencia es bien cubana, sépase, y se alimenta a través del cuerpo con los dineros obtenidos del trabajo honrado, cosa que puedo demostrar a cualquier mortal que así lo solicite.

Reducir el colorido pensamiento de los cubanos de hoy a setenteros escaques de comunistas o disidentes es, cuando menos, ridículo a estas alturas del partido, y cuando normal, de tontos,.cosa de gente bruta e intelectualmente prosaica. Y no hablo del pensamiento mío que por educación tiene poco colores, sino del de tantos cubanos, médicos, ingenieros, intelectuales, obreros y estudiantes, que ni tiene blog ni tienen Facebook ni saben qué cosa es Twitter, y aún así quieren participar en la edificación del país que aman, y de alguna forma lo hacen a través de sus sugerencias directas para temas en este blog.

No poner el poquísimo acceso que tenemos a Internet y a las plataformas globales de expresión al servicio del debate plural por una economía eficiente, por una sociedad inclusiva, y por un país próspero y de todos, no es, a mi juicio, un lujo que podamos darnos bajo ningún argumento y bajo ninguna acechanza; menos aún cuando los argumentos de acechanza han servido al innoble fin de tapiñar corrupciones, burocracias, malos manejos y torpezas de todo tipo.

En fin, que este blog no dejará de opinar porque tiene derecho a hacerlo, así de simple, aunque para ello deba acudir a cualquiera de las honestas y variadísimas maneras que existen de llegar a Internet sin conexión. Cuento además, como único cómplice, con un sentido absoluto de la transparencia, porque ni un solo segundo de mi vida me abochorna lo suficiente como para no hacerlo público en este blog: así ha sido, y así será.