Waking up… pero Dónde estaban…

Este Post no contiene respuestas, aunque muchas de ellas usted y yo las sabemos bien, pero al menos yo no tengo pruebas definitivas.
Una verdad definitiva es, sin embargo, que Camagüey despierta de un letargo de muchos años; y a la mayoría sus pobladores nos asaltan estas preguntas:
Dónde estaban la cosas, dónde estaba el dinero, y dónde estaban la vergüenza y la voluntad.
Dónde estaban los camiones que hoy recogen tanta basura acumulada, dónde estaban los hombres que hoy chapean parques y plazas.
De qué extraño estanque… o frigorífico… habrá salido el camarón que ahora se vende, caro pero se vende, en las casillas mono-picadillo-vendedoras de Camagüey.
Dónde estaba la pintura para los edificios de Monte Carlos, y dónde las ganas de pintar. Dónde el dereho del enfermo de cáncer a sufrir su desgracia en una institución visualmente decorosa.
Qué hacían hace tan solo unos meses las Empresas de Trajines Hidráulicos, Comunales y Viales. Dónde estaban los tubos y el cemento, el asfalto y el ruido de los equipos hasta altas horas de la noche.
Dónde estaban las luminarias del Casino Campestre, el arranque impetuoso de los proyectos de la Oficina del Historiador por los 500 años de la Ciudad.
Dónde estaban la yuca, el boniato, los plátanos y la cebolla. Dónde estaba el control sobre el precio estatal de la carne de puerco…aunque de manera general la comida y el control sobre sus precios siguen «dóndestando…¨
Yo no creo en proyectos inconclusos ni en lo que ya venía de antes, lo que se ve ahora es de ahora, y el mérito es actual, por tanto. Dónde estaban los elogios populares a la gestión gubernamental: aún con el transporte en llamas, las conversaciones de paradas de ómnibus de ahora mismo son muy diferentes a las de hace poco tiempo.
Pero no todo pinta a color de rosa en este waking up camagüeyano de final de año. Esta mañana me han enseñado un ridículo papel sin cuño oficial y con firma de párvulo, donde se ¨ordena¨ a los habitantes de un apartamento de edificio ¨demoler¨, en el plazo de 7 días, un garage ilegal que construyeron muchos años antes al fondo de su propiedad. ¿Quién ordena? El papelito no lo dice ¿Por qué ahora? Tampoco lo dice ¿Qué hacían mientras se construían cientos de garages y anexos ilegales en las áreas comunes de los edificios o en las arenas de playas? Obviamente lo que fuera que estuviesen haciando lo hacían mal, y ahora es la gente la que tiene que derrumbar sus sangreadas inversiones en un plazo de 7 días.
Una cosa es comenzar a hacer las cosas bien y otra diferente es tratar de remediar el desorden urbano a través del acto, prominentemente incivilizado, de la demolición; en Cuba hace falta construir, no desconstruir, y cualquier desconstrucción para mí cuenta como algo ilógico, sobre todo porque los que firman ahora las órdenes de demolición son acaso los mismos que se sacaban los mocos ó se rascaban los ojos (por desidia o con toda intensión…) mientras la gente, por necesidad y no por joder a nadie, ocupaba los únicos espacios que tenían a mano.
Los primeros resoponsables, esos que se rascaron los ojos, son los que deberían ahora ir a dar mandarria y a paliar escombros, con sus manitas de firmar papeles, a las casas de los afectados. ¿Quién convence a un afectado de que tirar abajo su garage es para bien de la imagen urbana?
Yo aplaudo todos los despertares, ¡cómo no!, pero igual pienso que antes de comenzar a decidir cosas importantes, hay que lavarse bien la cara y las manos, desayunar…, y luego esperar a que la mente salga del stand by que provoca tanto sueño.