De las putas de a peso a las de 5 CUC

«Dada la acumulación de pruebas, no hay hipótesis más verosímil que la realidad. Dada la acumulación de pruebas de lo contrario, no hay más solución que la ilusión».

» (…) pero la perfección siempre es catigada: el castigo de la perfección es la reproducción.»
Jean Baudrillard: «El Crimen Perfecto».

La calle Esteban Varona, paralela a la muy conocida «Fransisquito», era una calle de putas en Camagüey. Putas de a peso. En el bar Blanco y Negro una puta dominicana enseñaba bailar merengue y acompañaba al cliente hasta el amanecer. Con 2 pesos podías tomarte 8 cervezas, y con 50 centavos comías como una bestia.
Muchos años después yo pagaba un peso al día por el prú de la merienda, y aprendía a bailar merengue a tropezones en las descarguitas de la escuela secundaria, con muchachas de mi edad. Bailaba un ritmo que decía «Boooombaaaa», y otro que aseguraba que la chica «quiere que le llenen el cubo de leche». Entonces nadie criticaba tanto el reguetón, y era lo mismo.
Nunca pagué por sexo. Pero con el fondo musical de Pesadilla, y la complicidad de las becas, tampoco hizo ninguna falta.
Ahora me cuentan que hay putas de 5 CUC (125 pesos). Con tarifas variables de acuerdo a los servicios. Otras «se dan» por un pitusa o una blusita de las tiendas, me dicen. Algunas son tristes obligadas, pobres pobres, pero otras son contentas liberales que tuvieron la suerte de poder conjugar en una misma actividad su propio placer sexual con la búsqueda del sostén económico.
Hablo de las putas para cubanos, no de las jineteras. Las jineteras trabajan para turistas y cobran mucho más, generalmente. Sé de una que mudó a su familia entera de Santiago para La Habana y se hizo de una «una vida decente», esto es, según ella, una casa y un carro, gracias a sus habilidades para complacer alemanes canosos. Igual sé de otra que se fue con un cliente español, de gratis, solo por la experiencia de entrar al Habana Libre. «Total… tremenda mierda que era el hotel, me dijo».
No conozco un solo joven cubano que haya pagado por sexo, o que se iniciara en la vida sexual en un burdel, a la vieja usanza; que yo no los conozca no significa que no los haya, pero sí que no es una práctica generalizada.
Si hay putas de 5 CUC (125 pesos) lógicamente debe haber clientes que consuman sus ofertas.
Los interesados en investigar el caso crimonológica o fenomenológicamente… o como que sea (que yo no juzgo el método porque el empirismo tiene también sus ventajas), pueden pasarse cualquier día, sobre todo los fines de semana, por el parque feo y oscuro que está frente al preuniversitario del Casino Campestre.