Picazón y rasquiña

Cuando una persona tiene alguna incomodidad latente en la piel, que le impide, digamos, estarse tranquila durante un período determinado de tiempo, se dice que tiene picazón. La picazón se conoce también como comezón o escozor, según la región en que se use: en Cuba es simplemente picazón (a veces se emplea el término rasquiña) y se usa además para designar el comportamiento hiperquinético.

Algunas enfermedades que producen picazón, como la sarna, la pediculosis (piojos) y los oxiuros, son consideradas sucias por la tradición popular, en tanto afectan generalmente a niños cochinos y viejos que se bañan poco.

Pero otras enfermedades también causan picazón: el dengue por ejemplo, entre sus muchos síntomas y tragedias, incluye una sensación de pinchazos en la piel, de adentro hacia afuera, muy parecido a la rasquiña normal, que pone irritable al paciente y no lo deja dormir tranquilo.

Entonces el paciente se impacienta y comienza a darle puñetazos a la pared a las tres de la madrugada, a sentir ganas de llorar, y a cagarse en todo lo cagable… La televisión en Cuba a esa hora, y a cualquier hora en general, no significa un foco de posible distracción, es más, puede incluso generar más intranquilidad.

La picazón del dengue se asocia al exantema o rash que produce la enfermedad en un 50%-80% de los casos, que a su vez produce unas manchitas de sangre visibles a flor de piel llamadas petequias. Leer en diversos tratados de clínica sobre el origen y la causa fisiológica de la picazón del dengue no elimina esa sensación. Escribir de ello tampoco funciona.

Funciona, en cambio, prenderse candela con gasolina y un fósforo, pero esa solución tiende a quemar a la gente y a la larga resulta peor. El paciente puede pensar que funcionaría ingerir algún medicamento antistamínico, como la benadrilina o el gravinol, pero tampoco funciona.

Los vecinos intentan ayudar y te indican revisar en su stock del refrigerador, pero tampoco funciona, todo cuanto hay en sus botiquines es violeta genciana, analden, óvulos de clotrimazol, nistatina, proctocaina y otros ungüentos del culo. Y allí, por suerte, no llega la picazón del dengue.

De pronto un día la picazón desaparece, pero te sigues rascando un poco por inercia, hasta que se te quita también la costumbre.