La mala costumbre
En algún momento las llamamos Nuevas Tecnologías de la Información. Lo cierto es que los ordenadores, el correo electrónico, Internet, dispositivos portátiles: reproductores MP3, iPods, teléfonos móviles, iPhones, etc., no son tan nuevos ya, y avalarán un auténtico desarrollo en tanto sepamos lidiar con sus desventajas.
No me atrevo a especular cifras y porcientos, pero sí afirmo que se multiplican los hogares de esta ciudad que tienen acceso- de una u otra forma- al universo digital de la información. Cada vez la tecnología incide más en la formación integral de las generaciones en ascenso.
Sucede con cierta frecuencia: el estudiante se aparece en la clase con la tarea o el trabajo práctico, orgulloso porque el suyo tiene una coherencia admirable, un vocabulario portentoso, y ni hablar de la envoltura: impreso en papel de la mejor calidad, en colores, incluye foto y lámina transparente de acetato.
Todo bien hasta que el maestro descubre, acaso por casualidad, que su requerimiento sobre Gertrudis Gómez de Avellaneda se corresponde exactamente con lo que aparece en la enciclopedia Encarta. Es una situación hipotética, pero verosímil.
En jerga de estudiante le decimos “fusilar” cuando el texto copiado sale de un libro o de alguna página web, de autor reconocido; en cambio se usa el término “canibalear” cuando se copia de un trabajo semejante, elaborado en otro tiempo por otro alumno. Pero no es el plagio el único peligro potencial de la masificación de las tecnologías de la información.
Clasifica también la manifestación del fraude académico en su variante electrónica. En tiempos pasados el soporte del llamado “chivo” iba desde la costura interna del uniforme o un diminuto papelito escondido, hasta la pared del edificio de enfrente o el propio techo del aula. Una investigación periodística efectuada recientemente en la capital reveló que el fraude académico alcanza altos niveles en la enseñanza técnico – profesional. Y aunque no se identifican medios para cometerlo, no dude usted que algunos aparaticos de batería carguen gran parte de la responsabilidad en el asunto.
La mente adolescente es bastante elástica, fácil de impresionar. No se trata de esconderle esa realidad diferente que difunden fuentes y medios de orígenes diversos, sino de explicarles, por ejemplo, que Wikipedia -de innegables virtudes como referente panorámico- es una enciclopedia donde cualquiera, con cualquier intensión, puede escribir lo que sea, editar desde su ordenador cualquier artículo, ya sea para refutar la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin o para vilipendiar el nombre de alguno de nuestros héroes de la independencia.
Eso entiendo por educación: ofrecerle las herramientas para que aprenda a razonar y a discriminar por sí mismo. Hacerlo por él sería atrofiarle un proceso mental que nos identifica en el reino animal. El mundo posmoderno es muy diverso y ofrece oportunidades de expresión incluso para grupos neonazis.
Potenciar el uso de las tecnologías de la información como medio de acceso al conocimiento es política educativa en nuestras escuelas. Coincido con el colega Amaury E. del Valle cuando distingue la alternativa en el software cubano (siempre que tenga una factura apetecible para sus destinatarios) Existen varios productos informáticos nacionales con fines educativos, los cuales resultan poco conocidos por los padres, aun por aquellos cuyos hijos pasan horas frente a la computadora de la casa. La colección Multi-saber se dirige a la educación primaria y está compuesta por programas relacionados con las asignaturas.
Asimismo las colecciones El Navegante y Futuro, tienen por destino la enseñanza secundaria y media superior, respectivamente. Sin embargo el uso de estos sofwares y multimedias fuera de las instituciones educativas aún resulta deficiente, incluso cuando están disponibles para la copia en cada Joven Club de Computación y Electrónica.
Es preciso lograr una participación más activa y directa de la familia en el desarrollo docente de los niños y jóvenes, principalmente durante la etapa de secundaria básica, un nivel educacional objeto de muchas críticas desfavorables, pero sobre todo por las características de la edad, presta a la rebeldía y a la distracción.
También dedicar atención especial a los universitarios, pues una vez adquirido el mal hábito en niveles precedentes, este se extiende y llega incluso a signar sus trabajos de diploma, incorporándose luego como sistemática de trabajo durante la vida laboral. Sirva este comentario de homenaje a los que ejercen el magisterio más allá de la docencia, y de aliciente en su deber de combatir la vieja costumbre del plagio y el facilismo académico a través de las no tan nuevas tecnologías de la información.
Ramon R. Bello 10:41 pm el 09/01/2012 Enlace permanente |
Este ajiaco tiene de todo! Gracias por tocar este tema de una manera creativa y genial. Muy necesario que toques un topico de tanta actualidad.
Johnd219 4:09 pm el 27/04/2014 Enlace permanente |
Really appreciate you sharing this post.Thanks Again. Really Great. kaadbebfcegb