Enemigas Vieeeeejas, me evocáis todas las cosas
“La vida es la ergástola de criaturas escépticas que vagan en la paradoja”
Los Aldeanos
Las moscas. Bueno las moscas son del carajo como quiera que las veas. A veces para ver moscas hay que mirar en direcciones realmente asquerosas: gatos muertos, heces, mesetas de cafeterías, cosas así.
A mí siempre me recuerdan las postillas: no hay nada más apetitoso para una mosca que una postilla grande en la rodilla de un niño travieso, o de una niña rubita y con muñeca, da igual. Aquellos que crecieron como yo, solo un poco y corriendo en las aceras, y arañando el suelo con codos, rodillas y mentones, sabrán de lo que hablo. Las moscas se pegan como imanes hambrientos con su tubito de chupar inmundicias y vuelan y vuelven y así, y no hay manera de safarlas.
Hay muchas formas de cazar moscas: con papel atrapa-moscas, con raquetas mata- moscas, con ranas amaestradas, o simplemente dando un cintazo sorpresivo sobre la meseta. También hay perros que cazan moscas, y cuando el perro se muere se lo comen otras moscas; igual se da el caso del merro medio muerto en una zanja, con moscas encima, intercomiéndose mutuamente.
Las moscas se cagan en las antenas de televisores. Entonces hay que pasarles un trapo con alcohol, pero el efecto dura poco. A veces el bicho intenta hacer la gracia en las aspas del ventilados y le va mal.
Existe cuentos sobre moscas, películas, canciones y poemas como el de Antonio Machado, del cual disiento profundamente.
A las moscas les gusta la carne de cerdo, aunque les da igual el cerdo vivo. De lo que sí me he percatado bien es que no les gusta la playa; son huidoras del mar: solo aparece algunas, rondando las cáscaras de aguacate y platanito que la gente tira en la arena.
No es verdad que tengan 400 ojos, solo tienen dos, lo que pasa es que esos dos están formados por miles de estruecturas parecidas a ojitos pequeños, de ahí la confusión. Tampoco tienen párpados, por lo que deben a cada rato frotárselos con las paticas: las moscas no contraen conjuntivitis, pero meten las paticas en cada lugares que uno se cuestionaría sus hábitos de limpieza personal.
Por favor si este post le ayudó a aumentar de alguna forma su conocimiento sobre las moscas, difúndalo a ver si llega a las cafeterías por ahí, sobre todo a las estatales que venden en moneda nacional.
Mar 6:02 pm el 18/05/2011 Enlace permanente |
un poquito asquerosito el post, pero instructivo… muerte a las moscas!!!!
alejo3399 2:08 pm el 19/05/2011 Enlace permanente |
Y por ahí tengo un cuento que se llama «la vieja y la plangana» que a lo mejor me embullo un día y lo suelto aquí, y ese sí está para vomitar…. ¿al final el quid de la cosa literaria no es «provocar sensaciones» en el lector? nadie ha definido qué sensaciones.
Mandy 8:01 pm el 18/05/2011 Enlace permanente |
Lo peor de todo es que hay personas que cuando niños vienron la película El hombre mosca, y crecieron con ese problema psicológico y hoy se creen moscas.
alejo3399 2:11 pm el 19/05/2011 Enlace permanente |
mandy una historia, la última vez que carlos estuvo aquí casi se traga una en un café del parque agramonte, hizo como el cuento, se la sacó de la boca y se tomó el resto de café.
Liz 1:27 pm el 19/05/2011 Enlace permanente |
A ver Alejo, cuantas veces comiste pan con intriga en la cafetería La moca, digo! La mocaS, ño! la Smoca… jejeje no me digas que no, que ese es el termómetro para saber si es verdad que estudiaste en Santiago!!!
alejo3399 2:17 pm el 19/05/2011 Enlace permanente |
ahora esa cafetería se llama «las américas» y no hay dios ni estudisnte universitario que se pueda pagar un almuerzo, en fin que las moscas fueron desterradas de su palacio santiaguero, donde tantas veces comí «pasta cubana», un alimento oscuro de inefables atributos gustativos. Esa cafetería fue el oasis para tanta gente….
verboyvuelo 2:57 pm el 19/05/2011 Enlace permanente |
sorry, cuando iba a la AHS siempre me enmoscaba… pero hace tiempo de eso yo me gradué en La Habana…
arianny 9:39 pm el 19/05/2011 Enlace permanente |
Estoy segura que es un homenaje pots muerte a la cafetería La mosca
alejo3399 3:04 pm el 20/05/2011 Enlace permanente |
No, no murió, pasó a mejor vida, una vida que no comulga con los bolsillos universitarios.
Enrique 12:55 pm el 03/06/2011 Enlace permanente |
Alejandro: Parece que este post ha tenido la aceptación que no tienen las moscas. Tienes que buscar y leer el relato que te dije de Monterroso. Creo que la idea es que no hay moscas sino una sola mosca, primigenia y universal, que está en todas partes. Después de leerlo yo no pude disentir del viejo, especialista en dinosaurios, moscas, vacas y otros bichos raros.
Fuera de la hora del almuerzo (que ya tiene suficientes inhibidores), me gusta el post.
Mar 7:26 pm el 07/06/2011 Enlace permanente |
Vamos, que no es para tanto!!! aquí la mayoría hemos apartado alguna que otra mosquita del plato (o la bandeja) a la hora de comer. Sea en La Habana o en Santiago esos bichitos siempre están merodeando por ahí, Por eso de pequeña me dedicaba a cazarlas, lástima que jamás pude matar 7 de un palo. 😦
Mar 2:39 pm el 13/10/2011 Enlace permanente |
Al cabo de estos meses encontré un escrito que me hizo recordar tu post. Aquí te lo regalo. Espero que lo disfrutes.
Besotes,
Mar.
TEORÍA
San Agustín se confesaba ignorante respecto a la razón de
Dios para crear moscas. Lutero resolvió más atrevidamente que
habían sido creadas por el diablo, para distraerle a él cuando
escribía buenos libros. Esta íntima opinión es ciertamente
plausible.
Bertrand Russell
alejo3399 1:05 pm el 17/10/2011 Enlace permanente |
bueno, otro grande a la colacción de meditadores de moscas, no estoy tan loco, gracias jejeje, un abrazo para ti.